En los corredores de maratón y en general los de larga distancia es indispensable hidratarse de forma adecuada durante una carrera. Dado que no es lo mismo la hidratación un día de invierno que un día caluroso en verano, conviene informarse antes de cómo y cuándo debe hidratarse un corredor ya que una hidratación en exceso puede ser peligroso.
El sodio y el potasio son los iones más importantes a tener en cuenta en la hidratación de un deportista. Sumados al cloro, calcio, magnesio y fósforo, los iones son partículas con carga eléctrica en nuestra sangre y son esenciales para diversos procesos corporales como la contracción muscular o el pH. Un desequilibrio de estos iones en sangre por una enfermedad, por la dieta o por una alteración de la hidratación pueden dar como resultado un mal desarrollo de las funciones normales en nuestro cuerpo.
Un exceso de hidratación hace que la concentración de sodio en sangre disminuya provocando la hiponatremia. Los síntomas para detectar la hiponatremia son: Dolor de cabeza, alteraciones para caminar, falta de atención y de memoria, irritabilidad… En caso de que la hiponatremia sea moderada o grave los síntomas irían a náuseas, vómitos, desorientación e incluso alteración respiratoria y convulsiones.
Los corredores de largas distancias (maratones y ultramaratones) son los más propensos a sufrir hiponatremia debiendo dedicar una especial atención a la hora de hidratarse antes, durante y después de la competición. En carreras largas, el exceso de tiempo puede provocar olvidos en el control hídrico.
Es aconsejable evitar carreras de larga distancia, pero si no hay más remedio es indispensable controlar exhaustivamente la hidratación. Esta debe incluir tanto agua como electrolitos e hidratos de carbono de absorción rápida, siempre en rangos determinados.